domingo, 29 de agosto de 2010

El Valor ...


Un Orador Especialista en Motivar a las personas, se encontró frente a un grupo de jóvenes especialmente decaídos y deprimidos. Entre ellos había ex drogaditos, delincuentes, huérfanos…Ninguno parecía tener ganas de vivir. Les contó historias divertidas, de grandes personajes, héroes, de mártires de …pero seguían con sus cabezas apoyadas sobre sus manos, mirando hacia el suelo, o la cabeza moviéndola como diciendo…si claro. Viendo que no podía levantarle el entusiasmo el conferencista Dijo:
Bien, “Antes de retirarme quiero dejarle a uno de los jóvenes un obsequio. De su billetera sacó un billete de Cien Dólares. Un billete flamante, crujiente y nuevo. De a uno empezaron a levantar la cabeza y a mirar ese billete. También comenzaron a levantar la mano en señal que querían recibirlo. Qué hizo el hombre?
El hombre tiro al suelo ...
el billete de cien dólares al piso y lo ensució y pisoteó con su zapato. Luego lo juntó ya totalmente gastado y arrugado. A continuación dijo: Bueno ¿a alguien le interesa todavía este billete?
Los muchacho seguían con sus manos en alto, gritando …a mí..! A mí..! Démelo a mí¡, No a mí!
Amigos, ahora me retiro. Pero “antes”, espero que hayan aprendido la lección:
Ustedes quisieron este billete a pesar de estar sucio. Lo siguieron queriendo luego cuando está arrugado, incluso sucio y casi destrozado. A gritos lo pedían. ¿Por qué?
Porque saben que a pesar de que no se vea bien ni salido de la imprenta. Y a pesar de estar en este estado lamentable comprendieron que sigue siendo un billete de cien dólares. Hay veces en la vida  en que podemos ser maltratados, abusados, humillados. En esos momentos podemos sentir que no somos nada y ni nadie. No valemos para los demás ni para uno mismo.
Bueno, Ustedes como hoy vieron: Qué importa que les hayan hecho?, Por lo que hayan pasado, ni quién se le haya parado encima. Ustedes todavía valen lo mismo que cualquier otra persona, y siempre habrá alguien que sepa apreciarlo.  A continuación puso el billete en una mano y lo estrujó hasta formar un bollo, una pequeña pelota de papel y con toda sus fuerzas el hombre la lanzó a la audiencia.
Todos los muchachos se lanzaron sobre el billete para agarrarlo armando tremendo alboroto y al final cuando riendo todos uno de ellos lo tomó el billete, no se dieron cuenta que el conferencista se había ido dejándoles una enseñanza que nunca olvidarán. 
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El valor de las almas es grande la la Vista de Dios ...de valor incalculable.

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